martes, 19 de julio de 2011

Quimioterapia Veterinaria









QUIMIOTERAPIA EN VETERINARIA





El cáncer, lamentablemente, es un proceso muy frecuente en medicina veterinaria, siendo una de las causas más comunes de muerte entre nuestras mascotas. La incidencia de neoplasias es mayor en perros que en gatos, sin embargo en éstos últimos la probabilidad de que sean malignas es muy alta (más del 90%).



Hoy en día los perros y gatos se consideran un miembro más de la familia, y el cáncer, al estar dentro del grupo de enfermedades crónicas (como la insuficiencia renal, enfermedad cardiaca vascular, etc) es susceptible de ser tratado con dos objetivos: que el animal viva el máximo tiempo posible y que mantenga una buena calidad de vida.



El cáncer es un crecimiento incontrolado de células. Este crecimiento es anormal y no responde a los controles naturales del organismo. Los tumores pueden ser benignos o malignos, y a su vez pueden estar localizados o invadir tejidos adyacentes. Al igual que pueden diseminarse por todo el cuerpo a órganos concretos (metástasis).



Es tarea del profesional veterinario valorar tanto al animal como dicho tumor para decidir cómo y cuándo tratarlo (a partir de la historia clínica, edad y estado físico del animal, localización, tipo de tumor, si hay o no metástasis, si es maligno o no, etc). No puede hablarse, por tanto, de un tratamiento general del cáncer, varía mucho de un tipo a otro, pero cada vez se establecen protocolos más intensivos para tratar los tumores malignos, que combinan varias modalidades terapéuticas: cirugía (la cual en muchos casos es curativa), quimioterapia y/o radioterapia, con el fin de prolongar el tiempo de supervivencia.



En el caso de la veterinaria, a parte del tumor y el paciente, también influye el propietario: hay que ver qué grado de implicación tendrá con su animal, sus condiciones económicas y la disponibilidad de tiempo (para curas, sesiones de quimio, etc).


Hablar de cáncer asusta, pues se lo relaciona con el sufrimiento. Y al igual que la palabra “cáncer”, cuando decimos “quimioterapia”, lo primero que se genera en el propietario es un sentimiento de rechazo, ya que la mayoría son conocedores (ya sea por vivencia propia o un familiar o amigo cercanos) los múltiples efectos secundarios que tiene en medicina humana. De ahí que sea tan difícil hacerle entender a un propietario que la quimioterapia es una muy buena opción terapéutica (en algunos casos la única, en casos en que el tumor sea inoperable por su localización o el estado físico del paciente) y que su mascota apenas notará los efectos de los fármacos utilizados para ello, ya que hay diferencias entre la quimioterapia humana y la veterinaria.



La Quimioterapia consiste en tratar médicamente el cáncer, y se basa en emplear fármacos que destruyen las células tumorales, limitando su proliferación, controlando así el crecimiento del tumor o disminuyendo los focos de metástasis, prolongando el tiempo de supervivencia del paciente a la vez que se mantiene una buena calidad de vida.



La principal diferencia entre medicina humana y veterinaria es que en nuestra profesión lo que se busca con el tratamiento quimioterápico no es curar la enfermedad, sino paliarla (excepto en el caso del tumor venéreo transmisible, que si es curativa). No buscamos que el paciente muera de viejo (como en humana) sino que lo que viva, lo viva con buena calidad de vida. Por ello, las dosis que se usan de fármacos quimioterápicos son mucho menores que en medicina humana.



La toxicidad de los fármacos quimioterápicos afecta sobre todo a tejidos normales con alta capacidad proliferativa como la médula ósea, el tracto gastrointestinal, la epidermis o los órganos reproductores.


La bibliografía menciona que más o menos pueden aparecer efectos secundarios en un 30% de los pacientes tratados, aunque el porcentaje es menor del 5% si contamos los realmente graves.


Toxicidad Hematológica



Al afectar a la médula ósea, ésta sufre una disminución en la producción de ciertas células. Principalmente se afectan los neutrófilos (células de defensa) y las plaquetas. A largo plazo puede aparecer anemia.



Por ello tanto antes como durante la quimioterapia hay q valorar mediante analítica las diferentes células, ya que ante una bajada importante en el número de neutrófilos se suspendería el tratamiento hasta que se normalicen.


La aparición de fiebre sí se considera una urgencia médica en un paciente que está recibiendo quimioterapia, ya que suele ser indicativa de septicemia.



Toxicidad Gastrointestinal



Los efectos tóxicos a nivel gastrointestinal son naúseas, vómitos y diarreas. Son relativamente frecuentes, pero no hay que suspender el tratamiento por ello. Se controlan con dieta y antieméticos.


Los gatos son más sensibles a estos efectos, siendo la anorexia su principal efecto, el cual se soluciona proporcionando comida muy apetitosa, así como estimulantes del apetito, y controlando las naúseas.




Reacción de Hipersensibilidad (Alergia


Pueden aparecer prurito, urticaria y eritema en perros, o disnea en gatos.



Son reacciones raras, y muchas veces se evitan administrando el fármaco lentamente en la vena, y usando corticoides.



Toxicidad Dermatológica



En caso de que se extravase el fármaco de la vena se puede producir necrosis alrededor del vaso sanguíneo, prurito, eritema y dermatitis.



Puede haber también retraso en el crecimiento del pelo o alopecia (aunque es más raro). En gatos puede haber pérdida de los pelos táctiles de los bigotes.



Toxicidad de la Doxorrubicina




Este fármaco quimioterápico puede causar cardiotoxicidad en perros y nefrotoxicidad (daño renal) en gatos. Por ello a todo perro que se vaya a someter a dicho fármaco hay que hacerle una revisión cardiaca (ecocardiografía, radiografía y electro) por si presenta alguna anomalía., en cuyo caso se sustituiría por un análogo sin efectos cardiotóxicos.



Aquí de nuevo se ve la importancia de realizar analítica previa, en este caso para chequear riñones, ya que si tienen alguna alteración no debe emplearse este fármaco en gatos.



Como hemos visto, el empleo de quimioterapia en veterinaria presenta una baja aparición de efectos secundarios, y en su mayoría son leves y transitorios. De esta forma, son pocos los pacientes en los que está contraindicada la quimioterapia (animales muy deteriorados, con graves alteraciones funcionales), al igual que la edad no constituye un factor limitante a la hora de instaurar un protocolo de quimioterapia siempre que su estado general sea bueno.




La quimioterapia es un tratamiento seguro y que proporciona resultados que pueden calificarse como excelentes en un porcentaje significativo de casos.



En nuestra experiencia particular en Albea Veterinarios, hemos comprobado cerca del 100% de los pacientes tratados han pasado su terapia farmacología sin efectos secundarios graves. Ninguno ha tenido complicaciones de gravedad y rondando el 100% de los clientes están satisfechos con los resultados y recomendarían dicha terapia a sus compañeros. (ACTUALMENTE NO SE HA TERMINADO LA ENCUESTA, RESULTADOS PARCIALES)






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Elena Lezcano Marco. DVM.

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