A menudo nos encontramos con pacientes que presentan nódulos o lesiones en la piel y en ocasiones nos asalta la duda de si será benigno o por el contrario pudiera tener un comportamiento más agresivo. Intentar predecir el comportamiento de las lesiones es fundamental a la hora de plantear el tratamiento. La citología de estos nódulos nos ayuda, en muchos casos, a saber si nos encontramos frente a una lesión benigna o maligna.
La citología es un método de diagnostico sencillo y rápido, que permite al clínico detectar y diferenciar tipos de inflamación y en ocasiones tipos de neoplasias, o al menos la existencia de criterios de malignidad.
Cuando estamos ante una inflamación, esta puede ser aguda o crónica.
La inflamación aguda se caracteriza porque el 85% de las células que vemos en la citología son granulocitos (en su mayoría neutrófilos). Dentro de las inflamaciones agudas nos podemos encontrar con inflamaciones sépticas, asépticas o eosinofílicas. Las inflamaciones sépticas se caracterizan porque la mayoría de los neutrófilos presentan signos tóxicos, como son la cariolisis y la picnosis. La cariolisis se refiere a la ruptura de la membrana nuclear, haciendo que pierda la lobulación. La picnosis es cuando el material nuclear se retrae, produciendo masas hipercromáticas. Estos cambios hacen que los neutrófilos se vean degenerados, dando un aspecto de intoxicado. En ocasiones, en las inflamaciones sépticas también podemos ver bacterias, probablemente el agente causal de la lesión, pero lo que es invariable es la presencia de neutrófilos tóxicos.
En la inflamación estéril o aséptica, vemos también muchísimos neutrófilos (indicativos de que la inflamación es aguda) pero en este caso los neutrófilos están bien preservados, no se encuentran degenerados. Este tipo de inflamación en piel es típica de picaduras de insectos.
La inflamación eosinofílica se caracteriza por el predominio de los eosinófilos en la muestra. Son típicos en problemas parasitarios y alergias.
Cuando nos encontramos frente a una inflamación crónica, el 15/30% de las células que observamos son células mononucleares (monocitos, macrófagos, linfocitos y células plasmáticas), además de los neutrófilos, que se siguen viendo pero en menor proporción A menudo vemos células multinucleadas, pero no debemos confundirlos con signos de malignidad, ya que se trata de un signo de cronicidad del proceso. Al igual que en la inflamación aguda, la inflamación crónica puede ser séptica o aséptica, en función de si vemos neutrófilos tóxicos y/o bacterias (séptica) o los neutrófilos se encuentran preservados (aséptica). Este tipo de inflamación es típica en cuerpos extraños y en lesiones por hongos/bacterias intracelulares.
Cuando estamos frente a una neoplasia, no vemos signos de inflamación, a no ser que la neoplasia tenga inflamación asociada. En este último caso, si se nos presentan dudas, lo recomendado es aplicar tratamiento antiinflamatorio y repetir la citología. Es importante tener en cuenta que la citología tiene limitaciones y no siempre puede diferenciarse entre benigno y maligno, pero a menudo nos ayuda a diferenciar entre inflamación y neoplasia. Una vez descartada la inflamación, en lo que nos fijamos es en si las células observadas son similares entre si. Las células de un mismo tejido han de ser similares. El sistema simple para saber si nos encontramos ante una neoplasia es fijarnos en los llamados criterios de malignidad.
Los criterios de malignidad son alteraciones que ocurren en las estructuras de las células y que aparecen frecuentemente en las células cancerígenas. Las alteraciones pueden producirse tanto en el núcleo como en el citoplasma y afectar a la estructura celular en su conjunto.
Como criterios nucleares de malignidad (las alteraciones que podemos ver en los núcleos de células malignas) tenemos:
· amplio pleomorfismo :las células cancerigenas tienen núcleos con formas distintas, no todos los núcleos tienen la misma forma como debiera esperarse
· anisocariolisis: los núcleos tienen distintos tamaños, cuando debieran tener el mismo
· ratio núcleo/citoplasma aumentado o éste es variable: las células malignas suelen tener mas núcleo en proporción a su citoplasma
· aparece multinucleación: varios núcleos en la misma célula
· y/o mitosis (células dividiéndose)
· más de un nucléolo evidente
· fenómeno de Moulding: es la deformación o compresión del núcleo de la célula por otros núcleos de la misma célula o células adyacentes.
Como criterios celulares de malignidad tenemos:
· amplio pleomorfimo (variación en la forma de las células)
· anisocitosis (variación en el tamaño de las células)
· presencia de células “alien”: son células extrañas a la localización donde nos encontramos.
Y por último, como criterios citoplasmáticos de malignidad podemos observar: un
citoplasma más basófilo, con vacuolas y la presencia de fagocitosis aparente de otras células. Los criterios citoplasmáticos son menos habituales que los nucleares y los celulares.
No todas las neoplasias presentan los mismos cambios y en muchas ocasiones no podremos identificar el tipo de neoplasia, sin embargo, mediante la citología sabremos si el proceso es benigno o maligno (en función de si vemos o no criterios de malignidad) y si se trata o no de una inflamación aguda (multitud de neutrófilos) o crónica (neutrófilos y macrófagos).
Beatriz Lopez Perea. DVM. Col 777