miércoles, 21 de septiembre de 2011

1 de cada 10 mascotas sufren enfermedad cardiaca.

Un 10% de los pacientes (perros y gatos) que se reciben en una consulta generalista tiene una patología cardiaca. Así de tajante es la evidencia según Justin Williams, diplomado Americano en Cardiología, cuando fue entrevistado por la San Francisco Chronicle.

Según Justin, 1 de cada 10 pacientes, perros y gatos que vienen a una consulta de NO ESPECIALIDAD, es decir, consultas por cualquier motivo de salud, menor o mayor, vacunas, desparasitaciones y en general, el día a día de cualquier centro veterinario generalista.

Estos datos por supuesto son globales, y cabe las diferentes valoraciones que pueden surgir de los datos, ¿cual será el numero de pacientes con patología cardiaca dentro de los pacientes en etapa geriátrica?. ¿Nos sirven estos datos para hacer una extrapolación sencilla de nuestro centro veterinario y calcular sobre el numero de fichas activas totales este porcentaje?. En caso de que este sea tremendamente inferior, ¿cual es la causa? ¿Que no veo patologías cardiacas en mi consulta?.

Sin duda es interesante el tener un porcentaje, aun tratándose de valores americanos, pues nos ayudaran a centrarnos en un objetivo, el cual puede ser muy sencillo, 1 de cada 10, a lo máximo 20 pacientes (si somos bastante cautos y no nos creemos valores de otro país así como así) TIENEN PATOLOGIA CARDIACA.

Desde mi humilde opinión, creo que los principales errores que no debemos cometer para evitar que la patología cardiaca no vea a nosotros, pero nosotros a ella no, son:

Una buena historia clínica. Con datos como apetito, cantidad de agua que ingiere, micciones, toses, intolerancia al ejercicio, debilidad, y por supuesto presencia de sincopes o "ataques epilepticos" que bien no cuadran en edad o forma de presentación con lo que normalmente se denomina "epilepsia en medicina veterinaria".

Segundo. Una correcta exploración física. En este punto es evidente que cometemos errores. La auscultación cardiaca y pulmonar es una asignatura pendiente en muchos casos. La respuesta para evitar errores es ... oír, oír, oír y oír.... Hoy ausculto bien, mañana mejor.

Tercero. Unas correctas pruebas complementarias. Una radiografía no sirve para diagnosticar arritmias, como un electrocardiograma no sirve para valorar presion arterial, como una ecocardiografia no sirve para patrones pulmonares o la presión arterial para valorar válvulas cardiacas. Parece evidente, pero en ocasiones realizamos pruebas OMNIPOTENTES, electrocardiogramas que diagnóstican arritmias, alteraciones de cámaras, contractibilidad y colapsos de traquea. Cada prueba tiene su cometido y no debemos ahorrar pruebas (aunque tampoco realizarlas sin sentido, la exploración física ayuda mucho en la austeridad a la hora de realizar pruebas). Y cada prueba tiene su cometido.

Por otro lado la entrevista también comenta los avances que se realizan y siguen realizando en intervencionismo (cirugías de mínima invasión para patologías cardiacas) y diagnóstico por imagen, como es la ecocardiografía.

Como conclusión creo que debemos considerar que incluso viendo a paciente por día (algo insostenible para ningún centro veterinario) debemos pensar, este mes voy a ver 3 pacientes cardiológicos al mes. Lo que se traducen en 36 al año. Incluso en el centro tan decadente como el que ponemos por ejemplo parecen muchos pacientes cardiopatas.

LA CARDIOPATIA NOS VE A NOSOTROS, PERO NOSOTROS NO LA VEMOS A ELLA. (frase modificada de un gran profesional en endocrinologia Carlos Melián, cuando se refiere a los pacientes hipertiroideos que también pasan por consulta sin ser diagnosticados correctamente.)


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